Llego a la oficina tras un fin de semana - bueno, otro más - de beber mucho (y no agua precisamente), dormir poco, fumar como un carretero y blablabla. Lo que viene a ocurrir cuando te vas con los amigos a una casa rural, vamos.
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| Mi despertar de este sábado... |
- Buenos días Charlotte - me dice mi jefe.
- Buenos días... - digo, intentando afinar la voz para que no se me noten tanto los excesos que mi cuerpo todavía está pagando (efecto de la edad, supongo).
- Vaya, menuda "carita de dormida" que traes hoy, ¿no? Venga, bájate a tomar un café y nos reunimos en media hora.
Y, obviamente, le he hecho caso sin rechistar, aunque creo que no me ha hecho efecto...zzzZzzzZzzzZzzz...
Oye, un detalle que se de cuenta de esas cosas...jajajaj, a mí la palabra café no me la dicen si no es con un "Me pones...?"
ResponderEliminar1besico!
Pues menos mal que era un entorno saludable. Si llegas a venirte de Feria... ¡Rebientas!
ResponderEliminarLo malo es que a mi edad esa cara no te la quita ni una tortilla de Alka Seltzers ... pero que te quiten lo bailao, chiquilla
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